Los alcanos, por su escasa reactividad, no se consideran tóxicos para el organismo. De todas formas se debe evitar su ingestion, pues los alcanos líquidos pueden disolver a los lípidos en las membranas celulares, causando así sintomas que se asemejan a los de la neumonía. Esta es la razón por la cual no se debe vomitar cuando se ha ingerido alcano, debido a que este puede pasar a los pulmones.
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